Cuidados y tratamientos capilares

Independientemente de los problemas que tenga el cabello, todo lo que hay que hacer es introducir algunos cambios en la rutina diaria de cuidado del cabello, incluir algunos hábitos nuevos y realizar tratamientos capilares una vez al mes para restaurar las propiedades perdidas del cabello. Sin necesidad de usar productos de marca o gastar tiempo y dinero en salones de belleza, seguramente podrás lograr tus metas capilares en dos o tres meses.

Todos los días causamos daño a nuestro pelo.

Veamos en primer lugar los hábitos básicos de cuidado del cabello que podríamos estar siguiendo mal y averigüemos cómo corregirlos. Esto incluye aceite, champú, acondicionador, suero, peinados, secado y mucho más.

Los productos químicos

Al sufrir algún problema capilar, ya sea de caída de cabello o bien de caspa, es posible que hayamos acabado por cambiar cientos de marcas de champú disponibles en el mercado, sin conseguir ningún resultado satisfactorio. Muchas de las marcas afirman ser 100% naturales y eficaces para el cabello, y puede que al principio hagan maravillas, pero después de un tiempo, nos dejan el cabello aún mucho más dañado que antes.Esto se debe a la presencia de químicos tóxicos como parabenos, glicoles, SLS (lauril sulfato de sodio), color y fragrancias artificiales.

Elegir el champú y el acondicionador sabiamente.

Antes de comprar cualquier producto para el cabello, asegúrate de comprobar los ingredientes de esa marca, revisa las reseñas en internet y por último procura no cambiar de marca con frecuencia. Elige con cuidado y mantente así durante algunos meses.

Técnica para la aplicación y conseguir los mejores resultados

1. Aceitar el cabello al menos 30 minutos antes de lavarlo es una buena manera de retener la humedad y el brillo después del champú. Además, como el aceitado beneficia el crecimiento de nuestro cabello, seguiremos con eso más adelante.
2. Aplicar una buena cantidad de champú directamente sobre el cabello mojado es el error más común. Coge una cantidad suficiente de champú (dependiendo de la longitud de tu pelo) en un bol o contenedor, añade un poco de agua y mézclalo antes de verter la mezcla en tu pelo. Hacer esto rompe los componentes del champú y proporciona el máximo efecto.
3. Enjuague completamente el champú antes de ponerse el acondicionador. Es muy importante. Mientras te pones el acondicionador asegúrate de evitar las raíces porque los acondicionadores sólo funcionan para el cabello y no nutren el cuero cabelludo.

Suero para el cabello.

Después de lavarse el pelo, aplicar el suero al pelo parcialmente seco es una buena manera de sellar la humedad necesaria durante un par de días. Se aplica a lo largo del cabello, se toman unas gotas en la palma de la mano, se añade una o dos gotas de agua, se frota en las palmas de las manos y se aplica en el cabello, especialmente en las puntas.

Aceitar el cabello.

Actualmente, muchas personas se saltan el proceso de lubricación del cabello antes de lavarlo. Si también haces lo mismo, algunos problemas como el adelgazamiento del cabello y la caída del mismo serán evidentes desde muy temprano. Engrasar el cabello no sólo le proporciona nutrición, sino que también elimina el exceso de suciedad que podría acumularse al exponerse a la polución por un tiempo prolongado.
De modo que ahora que conocemos los beneficios de lubricar el pelo, vamos a descubrir cuál es el mejor método para hacerlo aprovechando todas sus ventajas y qué frecuencia deberíamos tener dependiendo de nuestro tipo de pelo.

Cómo aceitar y masajear el cuero cabelludo.

Antes de engrasar el cabello, asegúrese de que el aceite esté ligeramente tibio para que se filtre adecuadamente en el cuero cabelludo a través de las raíces y se nutra desde adentro. Simplemente coge un poco en la punta de los dedos y empieza a masajear el cuero cabelludo con un movimiento circular.

Puedes mantener el aceite durante toda la noche o puedes aplicarlo 30 minutos antes de lavarte el pelo. No obstante, es preferible mantenerlo durante la noche y luego trenzar el cabello.

Dependiendo de tu tipo de cabello, si tu cabello es normal o graso, ponte aceite dos veces por semana. Pero si tu cabello es extremadamente seco y crespo, entonces hazlo tres o cuatro veces a la semana en todo el largo de tu cabello.

Tratamiento del cabello.

Secarse el pelo mojado y peinarse si no se hace correctamente puede causar el debilitamiento de las raíces del cabello, lo que posiblemente puede llevar a la caída del pelo y en ocasiones dejarlo quebradizo. Para evitar esto, todo lo que tienes que hacer es ser más cuidadoso y delicado con tu cabello.

Nunca restriegues la toalla enérgicamente por los mechones de pelo. No es una buena manera de secar el pelo, ya que puede provocar puntas abiertas.
En lugar de ello, frota suavemente el pelo con una toalla limpia de algodón; evita las raíces porque el pelo tiende a romperse fácilmente cuando está mojado.

Peinar el cabello mojado podría o no romper mucho cabello, pero sí genera tensión en los folículos del cabello, lo que a la larga provocará pérdida de cabello.

La mayoría de las mujeres se secan el cabello con un secador de pelo, lo que está bien si tienes prisa o si el clima es frío. Pero si no es así, sugiero no usar estos aparatos ya que le quitan mucha humedad al cabello. Déjelo secar por sí solo.

Dieta e hidratación.

Cuando nuestro cuerpo está falto de nutrientes una de las cosas que puede permitirse perder es el cabello. Nuestro cuerpo considera que como el pelo no es una parte crucial de nuestro organismo, debe aportar nutrientes a otras partes vitales… no al pelo.

En cualquier desequilibrio hormonal o falta de nutrientes, el pelo tendrá que pagar el precio.

Así que es necesario mantener una buena dieta y especialmente incluir proteínas en la dieta ya que nuestro cabello no está hecho más que de proteínas. Evita la comida basura y envasada tanto como sea posible e intenta añadir a tu dieta alimentos ricos en Omega 3 como frutos secos.

Mantente hidratada. La reducción de las toxinas del cuerpo mejora y nutre el cabello.

Una buena idea sobre la funda de la almohada

Durante al menos un mes, considera la opción de utilizar una funda de almohada de satén en lugar de una funda de almohada normal, ya que esto supone una gran mejora para el cabello y lo protege de las puntas abiertas y de la rotura.
El satén permite que el cabello se deslice a lo largo de la superficie de la funda de la almohada sin enredos ni nudos, por lo que ayuda a reducir el quiebre y el encrespamiento del cabello.

Cepillar el cabello antes de acostarse

Este sencillo hábito no sólo mantiene el cabello manejable hasta el día siguiente, sino que también favorece la correcta circulación de la sangre en el cuero cabelludo. Si te lo saltas, puedes hacer un suave masaje en el cuero cabelludo con las yemas de los dedos antes de dormir.

Intenta peinarte manteniendo la cabeza boca abajo para una mejor circulación de la sangre. Peinar con un cepillo plano de madera hace que tu pelo sea menos propenso a romperse.  Añade una gota o dos o de aceite esencial en las mechas del peine antes de cepillarse; si tiene el pelo muy seco.

Tu cabello se vuelve más sensible durante ciertos períodos…

Te preguntarás qué tiene que ver la menstruación con la caída del cabello. Bueno, los niveles de estrógeno en nuestro cuerpo bajan el primer día, así que lavar el pelo ese día podría no ser una buena decisión. Además, cuando tu ciclo comienza, produces hormonas que aumentan la sensibilidad al dolor, lo que hace que tu cuero cabelludo se vuelva sensible a todo.
La pérdida de sangre eventualmente lleva a una deficiencia de hierro que causa la caída del cabello, así que trata de comer bien y mantenerte hidratado.

Finalmente: suda.

En efecto. El estrés puede provocar la mayoría de los problemas relacionados con la piel o el cabello. Un estrés elevado aumenta el nivel de cortisol en el cuerpo, lo que lleva a un envejecimiento prematuro del cabello.
Date un descanso! Estate contigo mismo. Suda. Quince o veinte minutos de ejercicio diario o yoga ayudan a tu cuerpo a mantener sus niveles hormonales normales. Te ayudará física y emocionalmente.